Conocí a Dolores en la policlínica de ginecología del Hospital Clínico de Valencia. Debido a los cambios de organización del servicio que origina el verano, esa mañana me tocó ver a pacientes con problemas de ginecología general. Me acompañaba un residente. A Dolores la habíamos operado en el hospital hacia 2 meses pero la herida se había infectado y se le había abierto. Cada mañana desde el alta, Dolores y su marido acudían a su centro de salud para las curas pero no mejoraba. La herida exudaba suero, olía… Incompatible con una vida normal durante 2 meses. Dolores presentaba una obesidad moderada.
No es infrecuente que a los ginecólogos nos toque operar a pacientes obesas o con sobrepeso. Cualquier profesional que se dedique a la cirugía sabe que la obesidad supone un factor de riesgo muy importante para presentar numerosas complicaciones: trombosis, dificultades respiratorias postoperatorias, ventilación difícil durante la anestesia, inducción de la anestesia e intubación mucho más complejas, infecciones de las heridas quirúrgicas,…
Tras explorar la herida y desbridarla la paciente nos contó cómo se sentía. Cuando la paciente me contó que la herida no cerraba pese a las curas, decidí intervenirla. Aquí tenéis las fotos. Creo que ilustran muy bien lo que hicimos.
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La paciente ha sido controlada por nosotros durante 2 semanas cada 4 días. Finalmente, le hemos dado el alta con un resultado cosmético más que aceptable y… ¡muy contenta!. La herida está perfecta y ella ya hace vida normal. Los cirujanos estamos muy satisfechos.
La moraleja de esta historia no es que seamos especialmente bondadosos sino que es importante evitar la obesidad, especialmente si podemos entrar en quirófano -¡algo que es, por otra parte, muy probable que ocurra algún día!-.
En la actualidad, padecemos una “epidemia de obesidad” en el mundo occidental. Las causas de esta epidemia hay que buscarlas en los cambios derivados de la proliferación de trabajos más intelectuales y, por lo tanto, más sedentarios; por otra parte, los alimentos cada vez más procesados e industrializados con alta carga calórica se han ido haciendo más frecuentes en nuestras mesas.
Desde Clinica Millet queremos insistir en la necesidad de cuidar la alimentación y de hacer deporte. Es importante adquirir cierta cultura gastronómica para que todos sepamos comer mejor: sin renunciar a los placeres de la comida, es recomendable conocer ciertas pautas de alimentación sana y educar en ellas a nuestros hijos.
Dr. Antón Millet • Ginecólogo
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