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El ovario: desde la concepción hasta la muerte

¿La mejor “terapia antiaging” que podamos imaginar?

Hasta la llegada del siglo XX los ovarios funcionaban “toda la vida” ya que la esperanza de vida no pasaba de 50 años. Sin embargo, ésta se ha disparado a lo largo del siglo XX y actualmente no es raro superar los 80 años. Dado que la menopausia se produce alrededor de los 50 años, las mujeres viven hoy el 40% de su tiempo en menopausia. Muchos médicos nos preguntamos: ¿cómo podríamos prolongar la función ovárica durante unos años más?

Antes de abordar el tema, os voy a recordar cómo es la vida de un ovario normal. Me referiré a tres fases: desde la concepción hasta la pubertad, de la pubertad a la menopausia y más allá de la menopausia.

EN EL VIENTRE MATERNO…

El ovario es el único órgano que pierde el 85% de sus células “útiles” antes de empezar a trabajar. En el embrión más inicial, las crestas genitales -se llaman así las estructuras que en el futuro serán los ovarios- son ocupadas por entre 100 y 2000 células germinales esenciales. En el embarazo estas células -que pasan a llamarse ovocitos- se multiplican hasta alcanzar los 7 millones. Sin embargo, en ese momento empiezan a desaparecer y al nacer se han perdido ya el 85% de ellas. Tras el parto, el número de ovocitos sigue disminuyendo hasta la pubertad. ¿Por qué se pierden los ovocitos si antes de la pubertad no se ovula? No se sabe…

LLEGA LA PUBERTAD…

A lo largo de la vida reproductiva una mujer ovula unas 450 veces: solo unos pocos ovocitos serán ovulados -450- y el resto morirán sin haber sido ovulados. En las mujeres sanas, la fertilidad cae a partir de los 40 años. Ciertas patologías pueden acelerar el agotamiento de la fertilidad -fallo ovárico precoz (FOP)-: la  radioterapia o la quimioterapia para tratar a mujeres jóvenes con cáncer,  algunas enfermedades autoinmunes o ginecológicas -endometriosis, quistes ováricos recidivantes-,… entre otras. Muchas mujeres jóvenes sin pareja también deciden criopreservar sus ovocitos como seguro reproductivo.

En la actualidad, las mujeres jóvenes que quieren preservar su fertilidad pueden criopreservar embriones, ovocitos o  tejido ovárico. La criopreservación de embriones y sobre todo de ovocitos son las mejores opciones. Por lo general, por debajo de los 35 años, un 85% de las mujeres consiguen un embarazo si congelan 10 ovocitos. Con la edad las cifras de éxito van disminuyendo poco a poco.

TRAS LA MENOPAUSIA…

Dejadme que insista en algo que me parece asombroso: la esperanza de vida de una mujer en 1900 era de 50 años y en 2000 era de 80 años… ¿Qué ha hecho posible que en 100 años la esperanza de vida haya aumentado como en los 1000 años previos? No son los médicos sino las políticas de salud pública (aguas potable, alcantarillados, alimentación, vacunas,…).

Sea como fuere, el 30%-40% de la vida de las mujeres discurre en menopausia, con todo lo que ello conlleva en términos de aumento de riesgo cardiovascular, pérdida ósea, síntomas genitourinarios, alteraciones de sueño, irritabilidad, sofocos... Las consecuencias de todo esto suelen aparecer a partir de los 60 años.

¿Qué podemos hacer para combatir esta pérdida de hormonas típica de la menopausia?

Ya hemos hablado en este blog del impacto que las hormonas –terapia hormonal sustitutiva (THS)- tienen sobre la salud de las mujeres: en los años 80, varios estudios observacionales sugirieron que la THS reducía los riesgos de demencia, de enfermedad cardiovascular, de osteoporosis y la mortalidad en términos generales. En 1992 el Colegio Americano de Ginecólogos y Obstetras recomendó la THS para prevenir la enfermedad cardiovascular. Sin embargo, a finales de los 90 y principios de la década de 2000, varios estudios realizados con mujeres muy mayores -60 años- sugirieron que los efectos negativos de las hormonas superaban a los beneficios y la THS dejó de prescribirse. ¡Pasamos de 100 a 0 en 2 décadas!

En los últimos años, nuevos datos han permitido ver el tema con más ecuanimidad: se han analizado de nuevo con mayor perspectiva los estudios de los años 90, estratificando los datos; también se han realizado nuevos estudios: todos muestran que en mujeres jóvenes -de 50 a 59 años- o que han presentado la menopausia hace menos de 10 años, la THS protege a nivel cardiovascular y globalmente reduce la mortalidad, sin aumentar el riesgo de cáncer mamario.

La pregunta crucial es: ¿cómo podemos prolongar la vida de los ovarios?

En 2005 algunos estudios mostraron que extraer y congelar tejido ovárico y auto trasplantarlo a los 50 años retrasaba la menopausia natural. En 2015 se ha demostrado que la actividad hormonal ovárica persiste más de 7 años tras el autotrasplante. Estos resultados nos permiten especular con la posibilidad de que, en el futuro, las mujeres jóvenes -cuando la reserva folicular es aún alta- preservarán congelada una muestra de sus ovarios y se los auto-trasplantarán en la menopausia. Esto supondría una alternativa a la THS. El ovario auto-trasplantado no tendría porque alojarse en la pelvis sino que podría ir al antebrazo, la pierna, el abdomen o la espalda ya que cualquier sitio es bueno si lo que importa es que el ovario fabrique hormonas que lleguen por el torrente sanguíneo a todo el cuerpo.

En resumen, aunque todavía se trata de un tratamiento experimental, las mujeres podrían preservar tejido ovárico en su juventud, para asegurarse la reproducción; aquellas que no los necesitasen podrían usarlos como fuente de hormonas para retrasar su menopausia.

Es necesario comprobar antes que estos procedimientos son seguros y que los ovarios auto-trasplantados no tienen un mayor riesgo de malignizar. En caso de que se compruebe la seguridad de esta estrategia, la congelación de tejido ovárico a edades tempranas y el auto-trasplante en la menopausia constituiría la mejor “terapia antiaging” descubierta hasta ahora.

Antón Millet – Clínica Millet

 

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Clínica Millet - Clínica de la Mujer
Médicos especialistas en ginecología, reproducción, diagnóstico prenatal, preparto y posparto, pediatría, endocrinología, deporte, psicología y medicina estética en Valencia.
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