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La historia de Lucía

“No sobrevive el más fuerte sino el que mejor se adapta”

Lucía, con 37 años, sabe bien lo que es padecer un cáncer… su madre y su hermana los padecieron con menos de 40 años: su madre, de ovario y su hermana, de mama. Su tía materna también sufrió un cáncer de mama con 50 años. Su historia familiar era tan marcada que consultó con su ginecólogo y éste decidió realizar un test genético. El resultado fue que Lucía era portadora de una mutación genética en un gen llamado BRCA2. Las pacientes portadoras de esta mutación tienen un elevado riesgo de padecer un cáncer de mama – 60%-80%- y de cáncer de ovario – 20%-30%-. Muchas pacientes se hunden al saber que son portadoras de la mutación de BRCA ya que se enfrentan a decisiones difíciles. Pero Lucía no se hundió… Se informó, valoró las opciones a su alcance y tomó una decisión valiente.

“Por estas fechas hará dos años, me diagnosticaron mutación genética en el gen BRCA2, o lo que es lo mismo, alta probabilidad de padecer cáncer ovárico o mamario. Tras el impacto inicial al conocer la noticia, el primer pensamiento que ocupó mi cabeza fue que tendría que buscar una solución – acababa de ser madre, y no entraba en mis planes dejarme vencer-.

LUCIA

La solución era clínicamente sencilla: extirpar los ovarios para reducir al mínimo las probabilidades de que malignizasen; sin embargo, la decisión fue personalmente muy difícil de tomar ya que me abocaba inexorablemente a sufrir una menopausia precoz. Como deseaba un segundo bebé, decidí adaptarme a mi nueva situación y acelerar mi gestación. ¡El conocer que era portadora de la mutación me ayudó a acelerar mi segundo embarazo!

Ahora, y debo decir que gracias a ese diagnóstico, tengo a mi segunda hija, no tengo ovarios, pero tampoco tengo el miedo de cada revisión oncológica. Mis médicos me ayudan a combatir mi problemas derivados de la menopausia precoz. Además, conocer que soy portadora me permitirá someter a mis hijas, llegado el momento, a las mismas pruebas a las que a mí me sometieron y actuar con tiempo… ¡es, para entendernos, información privilegiada!

Fue así de sencillo, gracias a la naturalidad, serenidad, implicación y profesionalidad con que me planteó las opciones el Dr. Antón Millet; me dió la solución, y la atención a las todas las dudas que me iban surgiendo. Gracias a él y a todo su equipo. Gracias, gracias, gracias”.

Desde que Antón Millet se sentó con Lucía por primera vez, se dio cuenta de que no era una mujer que fuese a dejarse tratar sin preguntar. Se informó de los tipos de tumor que podía padecer, valoró sus antecedentes familiares, su edad y todos los factores involucrados. Rápidamente integró toda la información y fue capaz de decidir. En el mismo momento en que la sometimos a una cesárea, procedimos a extirpar sus ovarios y sus trompas. No fue una cirugía sencilla, dado que el riesgo de hemorragia era muy importante, pero todo salió muy bien. Lucía ha reducido su riesgo de padecer un cáncer de ovario – ha pasado de 40% a menos del 1%; además, su riesgo de cáncer de mama se ha reducido un 50%. Seguimos controlándola cada año. [vc_row mo_row_type=”in_container”][vc_column][vc_cta h2=”” txt_align=”justify” style=”flat” color=”blue”]”Las pacientes con mutaciones de BRCA requieren de mucha información, paciencia y apoyo psicológico: se enfrentan a decisiones complejas en las que valoran beneficios y efectos adversos. Los médicos debemos explicarles todas las opciones, conocer sus prioridades y ayudarlas a decidir de forma individualizada”. Antón Millet[/vc_cta][/vc_column][/vc_row]

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Clínica Millet - Clínica de la Mujer
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