fbpx

Vacunación anti-D durante la gestación

Clínica Millet. Valencia.

 

Si estás embarazada seguramente sientes a tu bebé como algo tan tuyo que es una parte más de ti misma… pero te equivocas: tu bebé, aunque se te parece, no es igual a ti. De hecho, ¡sólo lleva la mitad de tus genes! La sangre de tu bebé también tiene sus características propias. Recuerda que los marcadores más importantes para definir cómo es la sangre son el RH (positivo o negativo) y el grupo sanguíneo (A, B, AB y O). Aquí hablaremos solamente del factor RH. 

Si tu pareja es RH +, quizás tu bebé herede ese rasgo… no puedes saberlo si no realizas una cordocentesis (peligrosa para tu bebé). Imagina por un momento que tu bebé es RH (+) y tú eres RH (-): si vuestras sangres se tocasen, podría producirse un rechazo inmunológico, similar al rechazo de un trasplante no compatible. ¿Qué solución encuentra el organismo para que esto no suceda? Pues que la sangre de tu bebé y la tuya nunca se toquen. 

Seguro que ahora te estarás preguntando: ¿cómo come entonces mi bebé? En condiciones normales, tu sangre, por la que circulan el oxígeno y la glucosa, y la de tu bebé se “acercan” tanto – pero sin tocarse- que glucosa y oxígeno difunden de sangre a sangre. Sin embargo, en ciertas situaciones patológicas, la sangre materna y la fetal se pueden poner en contacto: durante un aborto temprano (con aspirado o legrado), si se produce un sangrado materno (por ejemplo, por un problema placentario, por un accidente…) o durante el parto. Entonces se puede producir una sensibilización materna. 

¿En qué consiste la sensibilización? La madre RH (-) reconoce como “extraña” la sangre RH (+) de su bebé y genera anticuerpos anti-RH.  En una gestación posterior, si el bebé fuese de nuevo RH (+), los anticuerpos creados en la sensibilización atacarían a los glóbulos rojos fetales, provocando anemia. Si la anemia fuese severa, se producirían importantes edemas en el feto – Hydrops Faetalis-. Los casos más graves podrían incluso llevar a la muerte fetal. 

En esos casos, para evitar que se produzca una reacción inmunitaria en la madre, se administra la vacuna anti-D. Por resumir, quédate con esto: la vacuna anti-D se administra si una embarazada RH (-) sufre una situación en la que su sangre y la del bebé puedan haber estado en contacto. El protocolo habitual consiste en administrarlo en toda paciente RH (-) que aborta o sangra en el embarazo. También a toda madre RH (-) que ha dado a luz a un bebé RH (+).  

Hasta ahora, toda madre RH (-) que sufría un aborto de primer trimestre recibía la vacuna anti-D. Sin embargo, actualmente existe evidencia de que el riesgo de sensibilización materna es mínimo cuando se produce un aborto espontáneo antes de la semana 10 de gestación o cuando se realiza un aspirado obstétrico antes de la semana 7. Esto es debido a que la cantidad de sangre fetal en esas semanas es mínimo e incapaz de sensibilizar a la madre. 

Mi experiencia personal es que las gestaciones que se pierden tempranamente no suelen llevar a sensibilizaciones maternas por 2 razones: la cantidad de sangre fetal al principio de la gestación es tan escasa que, aunque las sangres se pongan en contacto, no se produce una sensibilización materna. Además, los ginecólogos solemos administrar las vacunas antiD en estas situaciones. 

El peligro viene cuando la gestación avanza y se produce un accidente grave con una hemorragia significativa. La cantidad de sangre fetal es capaz de sensibilizar a la madre y la gravedad del cuadro materno puede hacer “olvidar un detalle” como es la vacunación anti-D. En Clínica Millet vivimos hace muchos años una situación “triste” en la que una de nuestras pacientes presentó un desprendimiento placentario que cursó con una copiosa hemorragia y que obligó a una cesárea urgente. La paciente estuvo en la UCI varios días, en estado grave, y con todo el ajetreo, los intensivistas y nosotros olvidamos administrarle la anti-D. Posteriormente la paciente tuvo 2 embarazos más y en los dos se produjo un cuadro de anemia fetal. 

¿Conclusiones que hay que sacar de todo esto? Si estás embarazada, debes conocer tu grupo y Rh. Si eres RH (-) deberás recibir la vacuna anti-D si se presenta un aborto temprano, una hemorragia al final del embarazo o si das a luz a un bebé RH (+). Aunque el riesgo de sensibilización en primer trimestre es mínimo, no lo es en tercer trimestre: olvidar la administración de la vacuna tras un parto o, sobre todo, tras un accidente hemorrágico, puede tener consecuencias muy graves. 

Dr. Antón Millet

------ ginecologos valencia-
Clínica Millet - Clínica de la Mujer
Médicos especialistas en ginecología, reproducción, diagnóstico prenatal, preparto y posparto, pediatría, endocrinología, deporte, psicología y medicina estética en Valencia.
Ir arriba