fbpx

Cuando el puerperio no es como nos lo habían contado…

El embarazo es una época de grandes cambios y que supone una adaptación de nuestro cuerpo y de nuestras emociones a la nueva situación. Pero sin duda, si hay una época de gran impacto emocional esa es el puerperio.

Durante la gestación centramos todas nuestras expectativas en la llegada del bebé. Nos cuidamos y nos preparamos para ello. Pero una vez se produce el parto podemos experimentar sentimientos contradictorios que nos pueden hacer vivir esta experiencia con discomfort y nos impiden realmente disfrutar de ese momento maravilloso que supone la llegada de nuestro hijo/hija. La felicidad se alterna con el cansancio, la lágrima fácil y la sensación de “no poder con todo”. Podemos incluso no sentirnos dueñas de nuestro propio cuerpo.

Habitualmente en las clases de preparación al parto nos enseñan cuánto vamos a sangrar, qué son los entuertos, cómo poner el bebé al pecho o que señales de alarma nos deben preocupar, pero nadie nos prepara para TODO lo demás.

En primer lugar es necesario saber que todas estas emociones y sensaciones que estamos experimentando se deben a esa deprivación hormonal brutal que se produce una vez se expulsa la placenta, ocasionando una bajada brusca de los niveles de estrógenos y progesterona. Podemos llegar a experimentar un verdadero “mono” de estas hormonas.

Aumentan, por otro lado, los niveles de prolactina durante el período de lactancia. La PRL es la antagonista natural de la testosterona, la hormona de la líbido, lo cual explica la falta de deseo sexual que se puede experimentar durante esta etapa y podemos llegar a confundir con pérdida de interés por nuestra pareja.

Asimismo, también se elevan los niveles de oxitocina, la hormona del amor y de la creación del vínculo con nuestro bebé. Esto puede conllevar que toda nuestra energía afectiva se centre en el cuidado y protección del bebé.

Es evidente que se van a producir una serie de cambios en nuestra imagen corporal. Nuestro cuerpo tiene que readaptarse al hecho de haber albergado un bebé en nuestro seno. La presión que sufrimos del entorno y los medios de comunicación, bombardeándonos con imágenes poco reales, instándonos a que nos mantengamos según sus cánones de belleza que para nada se ajustan a la realidad de una mujer tras el parto y la falta de tiempo para nosotras mismas, pueden motivar la aparición de inseguridades.

Quizás el cambio más importante que se produce es la adaptación al rol de madre. Esto va a hacer necesario un reajuste a la realidad de cada pareja y familia que requiere una gran flexibilidad por parte de todos. En ocasiones tendemos a priorizar ese rol de madre y nos olvidamos que seguimos siendo parejas, amigas, hijas,… Todo esto hace que vivamos las crianza con grandes sentimientos de responsabilidad acerca del cuidado de nuestro bebé.

Los talleres postparto suponen una excelente herramienta de acompañamiento en este período. Por un lado nos ayudan a compartir con otras madres en nuestra misma situación y guiadas por profesionales, dudas y dificultades relacionadas con temas de lactancia, crianza, etc y por otro lado nos dan las pautas para recuperar nuestro estado físico previo al parto de manera realista y respetuosa, adaptándose a las necesidades individuales de cada mujer.

 

Ester Furnieles & María José Pau • Matronas en Clínica Millet

 

------ ginecologos valencia-
Clínica Millet - Clínica de la Mujer
Médicos especialistas en ginecología, reproducción, diagnóstico prenatal, preparto y posparto, pediatría, endocrinología, deporte, psicología y medicina estética en Valencia.

1 comentario en “Cuando el puerperio no es como nos lo habían contado…”

  1. Después del parto casi todas pensamos:y ahora que? Todo el mundo prefunta y se preocupa por el bebe, incluida tu pareja, y sin muy pocos los que tienen la deferencia de preocuparse por como te encuentras tu o que necesitas. En mi caso, me ayudo acudir a sesiones de psicoterapia para entender que lo que le pasaba era normal y que, con ayuda, criterio y buena actitud todo vuelve a su cauce. Pero que desde tu clínica de referencia, aquella que te ha ayudado y acompañado durante todo el embarazo, se tomen la “molestia” de preocuparse también por ti después, es un gran apoyo para superar esa etapa en la que parece que nadie te entiende, ni siquiera tu misma. Gracias mil, clínica Millet!

Los comentarios están cerrados.

Ir arriba