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RIESGO ESTÁNDAR EN EL CÁNCER DE MAMA
Es muy frecuente que a mi consulta acudan mujeres más o menos jóvenes, excesivamente preocupadas por su riesgo de cáncer de mama. En muchos casos esto es debido a que sobreestiman el riesgo porque algún familiar o algún amigo cercano ha sido diagnosticado con la enfermedad, en otros casos es simplemente desinformación.
Me gustaría en este post ser muy claro a la hora de indicar qué es lo que sabemos con certeza hoy en día. Lo primero que quiero deciros es que la prueba de cribado de cáncer de mama que realmente ha demostrado cierta utilidad y subrayo “ciertas” porque no es absoluta, es la mamografía. La ecografía no ha demostrado ninguna utilidad a programas de cribado en pacientes. Las ecografías sirven como complemento a las mamografías o en caso de que una paciente joven con una mama muy densa se note algún bulto. Pero no en un paciente asintomático.
¿Cuándo hay que empezar los estudios de la mama? Pues no antes de los cuarenta años y probablemente más cerca de los cincuenta que de los cuarenta. Las mujeres con un riesgo estándar que no tienen familiares cercanos con cáncer de mama y no tiene mutaciones genéticas probablemente no debería hacerse ninguna monografía antes de los cuarenta y cinco o incluso a los cincuenta años. Y la frecuencia de las mamografías se puede hacer cada dos años.
Mujeres con más riesgo pues podríamos hacer más mamografías pero no olvidemos que esto conlleva ventajas pero también inconvenientes porque las mamografías también tienen falsos positivos. Y se diagnostica en muchos casos tumores que de no ser diagnosticados desaparecerían. Este fenómeno, que se ha venido en llamar “sobrediagnóstico”, es un poquito complejo y probablemente hablemos de él en otro capítulo. En mi opinión la realización de mamografías cada dos años es razonable a partir de los cincuenta años para reducir la frecuencia de cáncer de mama sin aumentar el riesgo de efectos secundarios.
Y por último quería hablarnos de la autoexploración de mama: la exploración mamaria no es útil y se ha demostrado que genera más ansiedad que otra cosa. y que no reduce la mortalidad por cáncer de mama. Y ya para acabar os diré que las mujeres deben ser muy conscientes de los signos de alarma más importantes. No es admisible hoy que una mujer que se toca un bulto en la mama no acuda a consulta. Esto podría tener cierto pase hace cien años en zonas rurales pero hoy en día en una ciudad como la nuestra es imperdonable.
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Clínica Millet - Clínica de la Mujer
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