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Maduración cervical previa a la inducción del parto para conseguir un parto vaginal

¿Estás embarazada de más de 34 semanas y se te pone el abdomen duro?

Tranquila.

Son contracciones que van modificando el cuello de útero (cérvix). Durante toda la gestación el cérvix protege al bebe de las infecciones y peligros del exterior y se mantiene duro, rígido y cerrado. Sin embargo, al final del embarazo, la función del útero cambia, debe ser blando y dilatable para permitir el paso del feto en su camino hacia el exterior. ¿Cómo se produce este cambio? No se conoce bien pero sabemos que las contracciones uterinas son importantes. La señal última que desencadena el parto sigue siendo una incógnita.

Tu ginecólogo puede querer que tu embarazo progrese hasta que te pongas espontáneamente de parto o, por el contrario, cree que es mejor inducirlo. En este último caso, te explorará para ver cómo está el cérvix. Si está blando, corto, dilatado y la cabeza fetal apoya sobre él estaréis ante un cérvix “maduro” o “favorable” y es más fácil lograr un parto vaginal. Por el contrario, cuando es duro, largo, está cerrado y la cabeza fetal no apoya sobre él hablamos de un cuello “inmaduro” o “desfavorable” y conseguir un parto vaginal es más difícil. ¿Qué se puede hacer si se ha decidido inducir el parto y el cérvix es inmaduro? Madurarlo. La maduración cervical facilita/acorta el parto sin comprometer la seguridad de la madre y el bebé.

Existen 4 formas de madurar un cérvix: las dos primeras – romper la bolsa de las aguas y la oxitocina- ya las conocéis porque las usamos con frecuencia en los partos. Las dos segundas son menos conocidas: las prostaglandinas (PG) y balón de Foley.

La rotura de la bolsa de las aguas libera unas sustancias inflamatorias que contribuyen a generar contracciones y favorecen la maduración cervical. La administración intravaginal de PG – misoprostol y dinoprostone- produce contracciones que reblandecen y dilatan el cérvix. Es recomendable que la paciente esté ingresada mientras las lleva en vagina para tener la seguridad de que el bebé está bien. Pasadas unas horas, se puede iniciar la inducción.

El balón de Foley – o balón a secas- inflama el cérvix por medios mecánicos. Se mete una sonda urinaria por el cuello, hinchando el balón y fijándolo todo de manera que ejerza cierta presión sobre el cérvix – lo irrita igual que un zapato demasiado apretado- y lo dilata mecánicamente. Una gran ventaja del balón es que no requiere de ingreso hospitalario dado que no genera contracciones.

¿Cuál es el método más eficaz? Probablemente la combinación de balón y PG.

Implementar la realización de maduraciones exige un gran esfuerzo a los equipos médicos. Al esfuerzo que hay que hacer para explicar la conveniencia de inducir el parto y de madurar el cérvix previamente – no siempre es sencillo presentar claramente las ventajas y los riesgos de estas decisiones-, las pacientes que van a llevar PG deben ingresar unas horas antes de la inducción y hay que hacer controles de bienestar fetal, a veces durante la noche. Lo ideal es estar acompañada por la matrona. Para complicar las cosas, las aseguradoras privadas no suelen asumir los costes…

En Clínica Millet no queremos inducir partos en pacientes con cuellos inmaduros y los maduramos previamente. Además, no dejamos que los embarazos se prolonguen mucho más allá de la semana 41. Con frecuencia, la maduración cervical no es una opción sino una necesidad.

Antón Millet

Clínica Millet

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Clínica Millet - Clínica de la Mujer
Médicos especialistas en ginecología, reproducción, diagnóstico prenatal, preparto y posparto, pediatría, endocrinología, deporte, psicología y medicina estética en Valencia.
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