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La era de las madres imperfectas

Mi gran amiga y compañera Ester siempre dice que a todas nosotras, justo en el momento en el que test de embarazo nos sale positivo, nos regalan una fusta… y no, no es para lo que os pensáis… ¡cuánto daño han hecho las 50 sombras! La fusta nos sirve para que nos flagelemos cuando la culpa por ser “malas madres” nos ronda en la cabeza y esto ocurre mucho más a menudo de lo que parece.

Puede que sorprenda pero en mi trabajo en la planta de Patología Obstétrica del Hospital La Fe, he visto cómo muchas mujeres se sentían culpables por tener una amenaza de parto prematuro, porque la bolsa ammiótica se hubiera roto antes de tiempo o porque su bebé tuviera una malformación. En su ansia por buscar razones que expliquen estas dolorosas circunstancias, la mayoría acaba pensando que podían haber hecho “algo mal” que desembocara en estos problemas.

Pero más allá de todas estas situaciones especiales, pongamos el caso de un parto completamente normal, una mujer que se ha preparado para ese momento y lo vive con ilusión y ganas de conocer a su bebé… Cuando llega el momento y se lo colocan en su pecho piel con piel, puede ocurrir ese enamoramiento inmediato o por el contrario, puede experimentar sentimientos encontrados y tardar en reconocer al bebé como algo “suyo”. No es necesario decir que en ese momento, la culpabilidad por no mostrarse lo “eufórica” que se espera de ella ya empieza a atormentarla.

¿Y el puerperio? Esa etapa que se supone tan maravillosa y feliz, pero que está llena de altibajos hormonales y emocionales que te hacen vivir en una montaña rusa continúa.

Si tu deseo es dar de mamar, tendrás gente que te apoye pero también mucha otra que te dedique “amables” palabras como que tu leche no es buena, que el bebé te usa de chupete o que lo matas de hambre. Y aunque tengas apoyos y lo tengas muy claro, todas esas opiniones van haciendo mella en tu autoestima. Yo misma tuve una lactancia complicada con mi primera hija y pese a ser profesional sanitario, no había día en el que no me planteara si estaba haciendo algo mal.

Ni que decir tiene si has decidido practicar colecho con tu bebé… es fácil que te tachen de “hippie” y te digan que lo vas a tener durmiendo en tu cama hasta los 15 años

Pero no podemos olvidarnos que si optas por dar biberón, seguro que también alguien te recuerda que la leche materna es el mejor alimento para tu bebé.

A todo esto tenemos que añadir que probablemente no duermas bien, porque al contrario de lo que te han dicho tus matronas, no descansas cuando descansa el bebé, sino que te ocupas de la casa, las visitas o de tus otros hijos. Tu barriguita se ha quedado algo flácida, tu periné te molesta, sudas más de la cuenta, hueles a leche, pensar en ir a la peluquería es una utopía y en ese preciso instante se publica una portada con una de los ángeles de Victoria Secret´s, pongamos Miranda Kerr, Gisele Budchen o cualquiera de ellas, recién parida, amamantando a su bebé y absolutamente divina. O Elsa Pataky, que tras tener gemelos tiene unos abdominales que tú ni siquiera tenías antes del parto y te preguntas ¿por qué yo no? No me entendáis mal… pienso que es muy positivo que salgan esas imágenes para normalizar la lactancia materna, el colecho, el porteo etc… solo que si pudieran salir un poquito menos “perfectas” todas lo agradeceríamos.

Pero sí pensáis que esto acaba aquí, estáis muy equivocadas… Si decidís no trabajar para dedicaros a la crianza, seguro que encontráis voces críticas al respecto de cómo vuestra economía y vuestra carrera profesional se van a resentir.

Si volvéis al trabajo tras la irrisoria baja de maternidad de nuestro país, la presión por trabajar y seguir ocupándoos de la crianza como os gustaría, empezará pronto a pasar factura, con esa sensación de no poder llegar a todo, que os acompañará largo tiempo y probablemente tengáis que elegir entre pasar tiempo con vuestros hijos o ascender laboralmente. En cualquiera de los casos, suele existir un sentimiento de “pérdida” que por el contrario, la mayoría de nuestras parejas no experimentan.

Y mucho más adelante, seguiremos sacando el látigo, cuando el estrés del día a día nos haga olvidarnos que hoy era “el día de la fruta”, tocaba chandal para gimnasia o el “papelito” de la excursión no lo entregamos a tiempo. Si se nos escapa algún que otro grito, ya nos sentimos como si solo nos faltara que nos tatuasen el “mala madre” en la frente, cual letra escarlata.

Entonces si la maternidad supone ese duro camino ¿por qué tenemos la necesidad biológica y emocional de ser madres?

Porque cuando tienes a tu bebé pegadito al cuerpo, cuando lo alimentas, cuando te mira con esa cara de ser lo más importante en su mundo, cuándo eres su único consuelo si está malito, cuándo lo acompañas en sus primeros pasos, en su primer día de colegio y en todos sus avances o cuando tu hija de 12 años te dice que lo mejor del mundo es pasar una tarde contigo de compras y tomarse un batido en el Starbucks,… sientes que todo tiene sentido y que por muchas piedras que nos vayan surgiendo, por muchas exigencias que nos vayamos autoimponiendo, somos las mejores madres para nuestros hijos. Somos “maravillosamente imperfectas”

 

Maria José Pau • Matrona

------ ginecologos valencia-
Clínica Millet - Clínica de la Mujer
Médicos especialistas en ginecología, reproducción, diagnóstico prenatal, preparto y posparto, pediatría, endocrinología, deporte, psicología y medicina estética en Valencia.

9 comentarios en “La era de las madres imperfectas”

  1. Muy cierto! Todavía tenemos que luchar con la sociedad que a veces es muy cruel, pero más aún con nosotras mismas,que somos nuestras peores enemigas…menos mal que contamos con buenos profesionales como vosotras y con el apoyo de otras muchas madres imperfectas que te recuerdan que no estamos solas, un abrazo

    1. María José Pau-Matrona

      Totalmente de acuerdo. A veces las propias mujeres somos las más exigentes y duras con nosotras mismas.
      El apoyo madre-madre y el círculo y el vínculo que se crea en los talleres es absolutamente maravilloso, enriquecedor y sirve para alejar esos miedos y tabús con respecto a la crianza que a veces nos preocupa.

  2. Me veo totalmente reflejada!!! Muchas gracias por tus palabras….leer que hay más madres “maravillosamente imperfectas” es perfecto para la autoestima!

    1. María José Pau-Matrona

      Nosotras somos matronas, pero ante todo MADRES. Hemos pasado y vivido las mismas cosas que vosotras y a pesar de lo que se pueda creer, con los mismos miedos, incertidumbres y dudas… Pero no hay que olvidar que vosotras sois nuestra inspiración. Un abrazo

  3. Precioso. Me ha gustado mucho. Pero permíteme una pequeña répilca (y disculpa de antemano que use tu blog ya que yo no tengo uno propio).
    Solo quería comentar que hay papás a los que también regalaron una fusta. Una fusta para flagelarse por culparse por ser “mal padre”. Quizás las matronas, las blogueras, las editoras no los han visto y por eso no se habla de ellos, pero existen! Hay muchos hombres (padres) que también se sienten culpables por la amenaza de aborto de sus mujeres o por partos prematuros (“Habré hecho algo mal?” “¿No la he atendido lo suficiente?” “¿Habré sido yo su fuente de estrés?” “¿No he colaborado lo suficiente?”) Ansias también por parte del padre en buscar una explicación, aunque pocas veces se tenga en consideración. Pocas veces se mencionan. Estos papá, a esos pensamientos, incluso en ocasiones deben de añadir los “reproches” que el entorno les hace o… le insinúa (“Quizás, si la hubieras cuidado más”, ”Si estuvieras más en casa y menos en la oficina”).
    Pero más allá de estas situaciones especiales cuando llega el momento, como tú muy bien describes, con ilusión y ganas de conocer a tu bebé, tu presencia en los paritorios no deja de ser anecdótica (y lo entiendo, aunque por suerte esta cambiando), y lo importante es el contacto piel con piel de la madre, no del padre (y lo entiendo aunque por suerte va cambiando), y las hormonas maternas se disparan (constatado). Pero sabíais que también se producen cambios hormonales en el cerebro del padre (constatado)…de eso no se habla. Y esos cambios hormonales producen cambios emocionales en la mamá (de sobras conocido, escrito, comentado…) ¿Y en el papá? ¿Acaso sus cambios hormonales no inciden sobre sus emociones, sentimiento…? (de eso no se habla, no se escribe, no se comenta, no se pregunta en ninguna consulta…es decir, eso no importa). El padre sigue siendo es el que ejerce de taxista al hospital, el que espera fuera, el que agarra la mamo y el que graba y saca fotos (Lo creáis o no, ese papel también afecta en la autoestima del padre, aunque por suerte va cambiando…espero)
    ¿Y el puerperio? Hay muchos padres que por las noches tampoco duermen ni descansan, hay muchos padres que mientras duerme su bebé aprovechan también para hacer las cosas de la casa o para ir a trabajar. Ya no hablemos de cuando se acaba esa irrisoria baja de paternidad. ¿Os parece irrisoria la baja por maternidad de 16 semanas + 21 días por lactancia? A mi sí. ¿Alguien menciona la baja por paternidad de 15 días?… Padres que a los 15d deben de volver a su trabajo y sentir la presión por trabajar y seguir ocupándose de la crianza de sus hijos…Sí, aunque no lo haya mencionado ni yo ni en casi ningún post, hay padres que también se ocupan de la crianza de sus hijos. ¿O quizás pensabais que los padres simplemente están ahí para ayudar o colaborar en la crianza de los hijos? Por lo que leemos en muchos post, blogs libros que básicamente están escritos en femenino por ellas y para ellas parece que sí. Encontramos que al padre se le dedican capítulos breves tales como “¿Y el papá que puede hacer?” o “Tu papel también es importante papá”. Con comentarios tipo apóyale, comprendele, ayúdale, muestrale tu mejor versión,…etc…
    Así que tenemos papás que a los 15d se incorporan a su puesto de trabajo sin reducción de jornada por lactancia, sin la comprensión de su entorno en relación a sus emociones o sus sentimientos, es más ¿a quién le importa?..el padre se incorpora a su trabajo como hace 15d. Con su mismo horario de oficina, con sus mismas responsabilidades (No hemos avanzado tanto desde el hombre cazador que abandona la cueva y la familia para ir a cazar). Ese padre que no puede elegir entre ascender profesionalmente o pasar tiempo con nuestros hijos (se da por echo que debe de ascender). ¿A alguien le importa si el padre sufre de un sentimiento de “pérdida? ¿Alguien entiende a un padre llorando en su puesto de trabajo tras incorporarse de su “baja de paternidad”?
    Esos padres seguirán fustigándose (y quizás les seguirán fustigando) cuando les recuerden que “hoy era el día de la fruta”, que tocaba chándal para gimnasia o cuando no entreguen el papelito de la excursión. Y quizás escuchen reproches de su entorno por el poco tiempo que pasan en casa y el mucho tiempo que pasan en el trabajo a los 15d de haber nacido su pequeñ@. Quizás les fustiguen porque no “ayudan” lo suficiente (Recordad esa idea de que el papá está para ayudar), que no hacen nada. Quizás les fustiguen por no levantarse por las noches para dar de mamar a su pequeño (ah no! Que eso no pueden); bueno pues por no levantarse para “acompañar”, por solidaridad, aunque al día siguiente después de sus maravillosos 15d de baja tengan que levantarte a las 7am para ir a trabajar con esa sensación de “mal padre” que a nadie le importa, sobre la que nadie escribe blogs, post o libros. Con la sensación que su labor es muy importante para “ayudar” y dar soporte en la crianza del hij@ a cargo de la madre y que ni siquiera eso hacen bien.
    Desde aquí reclamo igualdad en todos los sentidos. Desde aquí reclamo la figura del padre. Libros, post, blogs, revistas que consideren la figura del padre al 50% con la de la madre porque ellos también se consideran “malos padres” pero eso…¿A quién le importa?…Por suerte va cambiando…o no. Juan. Un padre maravillosamente imperfecto. Gracias!

    1. María José Pau-Matrona

      Muchas gracias por tu aportación. En la Clínica Millet apoyamos la participación del papá en todos los momentos del embarazo y la crianza. Papás que han estado con nosotras en las clases pueden dar fe de cómo dedicamos tiempo a hablar de su papel y sus sentimientos en el parto y en el puerperio. Te recomiendo que leas nuestro artículo sobre la presencia del padre en el parto. Creemos que la crianza es un viaje compartido.
      No estaría nada mal un blog sobre padres!

      Un saludo

  4. YO SOLITO MODA INFANTIL

    Enhorabuena por el articulo. Es exactamente lo que nos pasa a todas y puedes tener la suerte de tener una pareja a tu lado, como yo, que entienda todo esto y pasarlo juntos o por el contrario sentirte muy sola.
    Está claro, que son estadísticas y que a los hombres no les ocurre tanto, aunque afortunadamente está cambiando, pero cada vez son más los que también se esfuerzan y se sienten mal por no ser perfectos, no sólo los que “ayudan” como dicen algunas mujeres, sino que “comparten” todo. Pero aún queda mucho por cambiar y que se generalice su implicación.
    En general, las mujeres damos mucho más que los hombres, nos exigimos y nos exigen mucho más y a veces es un infierno que sea tan complicado pero a la vez es una suerte poder elegir hacerlo, somos afortunadas por tener la maternidad, y la opción de llevarla a cabo o no. El problema es que cuando te lanzas no sabes todo lo que te espera….

    Yo estoy muy orgullosa de ser una maravillosa madre imperfecta y mi marido un maravilloso padre imperfecto.

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