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Disminución del apetito sexual en la menopausia, ¿se puede hacer algo?

¿Tienes más de 45 años y notas que tu apetito sexual -libido- ya no es el que era? Hasta cierto punto esto es normal ya que muchos factores condicionantes de la libido – rutina, cansancio, cambios de pareja, problemas económicos, estrés, depresión, cambios hormonales- se deterioran con la edad.

Si nos centramos específicamente en las hormonas, los estudios muestran que las 2 hormonas más importantes para la libido femenina son los estrógenos y los andrógenos. El andrógeno más potente es la testosterona (T). Tanto los estrógenos como los andrógenos disminuyen con la edad pero mientras que la T disminuye poco a poco, los estrógenos se desploman bruscamente con la menopausia.

No os quiero aburrir con detalles sobre el funcionamiento de los andrógenos: sólo os diré que son hormonas que actúan directamente sobre receptores androgénicos (RA) pero que también se pueden transformar en estrógenos, que a su vez actúan sobre receptores estrogénicos (RE). Esta vía de acción doble y “cruzada” permite que andrógenos y estrógenos juntos ejerzan efectos potenciadores de la sexualidad tanto a nivel cerebral – aumentando la excitación- como a nivel periférico – mejorando la vascularización y la lubrificación de vagina y clítoris-.

A estas alturas supongo que estás pensando que hay suplementos de estrógenos y de andrógenos para mejorar la libido femenina… pues te equivocas. El tratamiento de la disminución de libido es una de las asignaturas pendientes de la ginecología. Ya hace unos años escribí un post sobre Intrinsa, un parche de T para mejorar la libido en mujeres menopáusicas. En Estados Unidos no se aprobó su comercialización – nunca he entendido las razones- mientras que en Europa sí que se aprobó pero sólo para mujeres sometidas a ovariectomía – extirpación de ovarios-; poco después de su aprobación fue retirado del mercado por las bajas ventas. Lo que más me fastidia es que en Australia – que es un país muy serio- sí que hay un fármaco aprobado que se llama Androfemme… ¿No es absurdo que en unos países esté aprobado y en otros no… ☹?

Pero ya basta de rollos teóricos y voy a lo que te interesa: ¿Cómo actúo en mi consulta privada con las mujeres que desean mejorar su apetito sexual? Vaya por delante que esto que os voy a explicar es MI FORMA DE ACTUAR y que puede haber otras igualmente válidas: la mía no es ni la única ni seguramente la mejor.

¿Empezamos?

Mi punto de partida es siempre el mismo: hablar con mis pacientes. Les explico que la T tiende a mejorar la libido – TIENDE significa que generalmente la mejora… pero no siempre-. Es muy importante descartar la existencia de otros problemas (problemas de pareja, depresión nerviosa, ansiedad, trastornos médicos – hepáticos, tiroideos…-). ¡Os sorprendería la de problemas de pareja que he sacado a la luz y que se han solucionado con un tratamiento psicológico! Tras esta entrevista suelo pedir una analítica de sangre para determinar los niveles de T; lo hago por 2 razones: 1/ me ayuda a descartar los casos en los que la T está elevada – son casos en los que no tiene sentido suplementar con más T- y 2/ me da una referencia del nivel del que partimos. Si en La analítica los niveles de T son normales o bajos, me planteo iniciar el tratamiento. Pauto un gel parecido al Testogel pero “diluido” al 10% – me lo preparan en una farmacia “amiga”-. La dosis equivale a 300 micogramos al día. No pauto tratamientos por vía oral ni intramuscular ya que no me fío de los niveles de T que se alcanzan en sangre. Últimamente he pensado en comprar Androfemme en Australia por internet. Si alguna de vosotras consigue Androfemme, la dosis estándar de gel es de 0,5ml al día pero se puede aumentar hasta 1ml diario si es necesario. Je, je… ya me contaréis qué tal. Sea cual sea el gel utilizado, lávate bien las manos tras la aplicación y evita el contacto piel con piel con otras personas inmediatamente tras la administración.

Es importante firmar un documento de consentimiento informado en el que las pacientes reconocen haber sido informadas y asumen la responsabilidad de recibir un tratamiento que no está comercializado para ellas.

¿Y qué pasa si todavía tienes la regla pero notas que tu líbido ya es insuficiente? He tratado a algunas mujeres como tú, pero nunca les he pautado T en gel: siempre he usado píldoras anticonceptivas con gestágenos de efecto androgénico (Qlaira o Zoely). Mi experiencia en estos casos se limita a unos pocos casos.

Te preguntarás cuánto tardan en notarse los primeros efectos una vez iniciado el tratamiento: a las 6-8 semanas ya se nota cierta mejoría – algunas mujeres ya la notan a la 4 semanas-; el efecto máximo se aprecia a los 3 meses de tratamiento. ¿Cómo valoro la mejoría? Hablando con mi paciente. Me fío de ella. No veo qué interés puede tener en mentirme… Eso no significa que no pida una analítica a las 4 semanas de tratamiento y luego otra cada 3- 4 meses para descartar elevaciones demasiado importantes en los niveles de T.

Y ahora llegamos a lo que más gente teme: los efectos secundarios. He oído de todo: “Que si me crecerá más pelo, que si me haré más musculosa, que si mi voz se hará más grave, que si los andrógenos producen cáncer…”. Siempre cito a mis pacientes un estudio que revisó los efectos de los andrógenos vía transdérmica en más de 3000 mujeres (a dosis estándar de 300 microgramos al día, asociando o no terapia hormonal sustitutiva). El seguimiento fue de 24 semanas. No se reportaron casos de caída de cabello, cambios en la voz ni de tamaño del clítoris. Las analíticas – colesterol y otros parámetros metabólicos- y las mamografías no se alteraron. En un pequeño número de mujeres aumentó el acné y ligeramente el vello corporal, efectos reversibles tras reducir la dosis. Los estudios a más largo plazo – 24 meses- tampoco muestran aumentos en la tasa de efectos secundarios peligrosos para la salud. En resumen, a dosis estándar (300 micogramos al día) el riesgo de desarrollar efectos secundarios importantes es prácticamente nulo aunque faltan datos de seguridad más allá de los 24 meses de tratamiento. En mi experiencia, cuando los niveles de T no superan a los de las mujeres premenopáusicas, los efectos secundarios no son frecuentes. La verdad es que hasta la fecha no conozco ningún caso que haya tenido problemas importantes. Sin embargo, pido regularmente, por si acaso, analíticas para determinar los niveles de T y si son altos reduzco las dosis, aunque la paciente no refiera efectos secundarios.

Espero que todo esto te haya servido, al menos para perder el miedo a los andrógenos. No creo que tardemos en disponer de tratamientos seguros y eficaces para mejorar la libido femenina. Mientras tanto, la experiencia de los ginecólogos que conocen ciertos tratamientos alternativos puede serte de gran ayuda.

 

Dr. Antón Millet.

21 de abril de 2022

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