Almejas, berberechos, mejillones, ostras, hígado, carnes rojas y magras, carne de aves, carnes rojas oscuras (caza), atún, salmón, cereales enriquecidos con hierro, lentejas, cereales en grano, huevos (especialmente la yema), frutas secas o deshidratadas. Las carnes de ovino y de porcino así como el marisco aportan también cantidades apreciables de hierro.
El hierro de las hortalizas, frutas y cereales se absorbe con más dificultad. Los alimentos ricos en vitamina C aumentan la absorción de hierro por lo que mezclar algo de carne o pescado con las legumbres o vegetales de hoja verde aumenta casi 3 veces la absorción de hierro de fuentes vegetales. Aunque es poco probable que una persona tome un exceso de hierro hasta alcanzar niveles tóxicos, los síntomas que produce dicha toxicidad son: fatiga, anorexia, vértigo, náuseas, vómitos, dolor de cabeza, pérdida de peso, dificultad respiratoria y coloración grisácea de la piel.
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Clínica Millet - Clínica de la Mujer
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