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Inducir los partos: ¿es tan malo como parece?

Desde hace muchos años, los ginecólogos sabemos que cuando el embarazo pasa de la semana 41 aumentan los riesgos fetales; por eso, si la paciente no se pone de parto espontáneamente, provocamos el parto antes de la semana 42. Recientemente se ha demostrado que los embarazos que acaban antes de la semana 39 tienen un peor pronóstico para el feto que los que pasan de esa semana. En estos momentos, la mayoría de las sociedades científicas recomiendan no inducir partos antes de la semana 39.

 

Por otro lado, está asentada la creencia de que las inducciones de parto llevan a hacer más cesáreas. Sin embargo, esta creencia sólo está basada en estudios observacionales. Entre 1990 y 2010, el número de inducciones aumentó del 9% al 23% y la tasa de cesáreas aumentó del 23% al 33%. Estas observaciones fueron suficiente para establecer una relación causa- efecto: a más inducciones, más cesáreas. Pero no tiene porqué ser así…

De hecho, en los últimos 5 años se han publicado varios estudios – observacionales, ensayos randomizados y metanálisis-que contradicen esta hipótesis. En efecto, estos estudios – más modernos y rigurosamente diseñados – no sólo no concluyen que inducir partos aumente las cesáreas sino que podría disminuirlas además de aportar beneficios para la madre y el feto.

He seleccionado 2 estudios para todos aquellos que estéis interesados en este tema: el primero ha sido publicado en la Revista Americana de Obstetricia y Ginecología (AJOG) y está firmado por un ginecólogo italiano, el Dr. Saccone, y un italo-americano, el Dr. Berghella, de la universidad de Filadelfia. Los autores han recogido y seleccionado todos los estudios publicados hasta la fecha realizados en embarazos no complicados, únicos – los gemelares se excluyen- y con edades gestacionales entre las semanas 39 y 41. Analizan si las pacientes en las cuales se induce el parto tienen un mayor riesgo de cesárea que si se espera a que el parto se desencadene espontáneamente. Los resultados principales del estudio son que el riesgo de cesárea es igual en los 2 grupos pero que las madres sometidas a inducción de parto sufren una menor pérdida de sangre y presentan menos meconio en el líquido amniótico. La satisfacción de las pacientes sometidas a inducción de parto es superior.

Otro estudio similar, publicado en el British Journal of Obstetrics and Gynecology (BJOG) obtiene resultados todavía más llamativos: las pacientes sometidas a inducción de parto tienen un 60% menos de riesgo de cesárea y un 23% menos riesgo de desgarro perineal. También es menor el riesgo de ingresos en UCI neonatal.

De confirmarse estos resultados en otros estudios, será necesario que las sociedades de ginecología se replantee nuevas recomendaciones para el manejo de las inducciones. Si se establece que el mejor momento para acabar el embarazo es alrededor de la semana 38, especialmente en ciertas mujeres (diabetes gestacional, fetos grandes para edad gestacional, obesidad materna,…), provocar el parto en esa semana podría aportar beneficios tanto para la madre como para el feto.

Veremos qué nos depara el futuro…

 

------ ginecologos valencia-
Clínica Millet - Clínica de la Mujer
Médicos especialistas en ginecología, reproducción, diagnóstico prenatal, preparto y posparto, pediatría, endocrinología, deporte, psicología y medicina estética en Valencia.

2 comentarios en “Inducir los partos: ¿es tan malo como parece?”

  1. patricia ruiz

    Me encanta el artículo! Resuelve muchas dudas que tenía en mente. Muchas gracias

    1. Hola Patricia,

      Gracias x tu comentario. Efectivamente, es un tema controvertido y está muy establecido que provocar partos aumenta la incidencia de cesáreas. No tiene porqué ser así. No creo que tarden en aparecer nuevos resultados que muestren que provocar el parto alrededor de la semana 39 puede ser beneficioso para muchas mujeres.

      ¡Seguiremos leyendo y poniéndoos al corriente!

      Un saludo.

      Antón.

Los comentarios están cerrados.

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