El ginecólogo que se enfrenta al final de la gestación en una paciente con diabetes gestacional – que se diagnostica durante la gestación- debe decidir entre mantener una actitud expectante – esperar a que la paciente se ponga de parto- o finalizar la gestación induciendo el parto vaginal o realizando una cesárea urgente. El beneficio de esperar –actitud expectante- es que se deja madurar el cuello de útero unas semanas más lo que facilita la dilatación cuando se desencadena el parto. Por el contrario, el beneficio de inducir el parto es que evita que el feto siga creciendo.
Teniendo en cuenta los estudios existentes en la actualidad, la inducción del parto vaginal reduce la incidencia de pesos al nacer > 4kg (macrosomía), de encajamientos de hombros y de cesáreas. La reciente aparición de sustancias “maduradoras” de cuello ha hecho que la maduració del cuello –ablandarlo, acortarlo, dilatarlo- sea má fáil de obtener por lo que, incluso induciendo el parto con condiciones obstéricas “desfavorables” los resultados sean satisfactorios y no aumenten significativamente las cesáeas.
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Clínica Millet - Clínica de la Mujer
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