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Deporte y gestación

Con la llegada de la revolución del fitness en los años 60 hubo una explosión en la práctica del deporte que se extendió a los programas de clases para embarazadas en los años 80 con prometidos beneficios. El Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología (ACOG) comenzó a recomendar la práctica de ejercicio aeróbico durante la gestación aunque advertía de los riesgos que podían acarrear las actividades de alto impacto como la carrera. Las recomendaciones expuestas en este primer posicionamiento fueron demasiado conservadoras.

En 1994, ACOG revisó su posicionamiento siendo menos restrictiva con el deporte siempre que la embarazada estuviera sana y no surgieran complicaciones a lo largo de la gestación. Se ha demostrado que el ejercicio previene la aparición de preeclampsia, la diabetes gestacional, la ganancia ponderal excesiva, reduce los cambios de humor en la embarazada, reduce varices y trombosis, mejora la fatiga ante pequeños esfuerzos y los dolores de espalda. No se han descrito complicaciones asociadas a la práctica de ejercicio físico adecuado, ni para la madre ni para el feto.

Pese a la gran cantidad de datos científicos disponibles, muchas mujeres embarazadas no realizan las recomendaciones mínimas. En general, el feto tolera bien el ejercicio materno y en mujeres sanas que continúan haciendo esfuerzos moderados no hay peligro para la salud fetal.

Frecuencias cardiacas aconsejadas durante el embarazo:

La mujer embarazada activa de hasta 30 años: 145-160 lpm.

La mujer embarazada activa de 30-40 años: 140-156 lmp.

La mujer embarazada no activa: 129-144 lpm.

Mujer embarazada con sobrepeso: 110-131 lpm.

Beneficios para la madre:

  •  Reducción significativa de las lumbalgias– dolor de la parte inferior de la espalda-.
  • Mejoría de las capacidades metabólicas y respiratorias, reduciendo el riesgo de diabetes gestacional.
  •  Reducción de la fatiga ante actividades cotidianas.
  •  Control de la ganancia de peso de la madre.
  •  Mejoran la tolerancia a la ansiedad y a la depresión.
  • Mejoran el concepto de imagen corporal.

¿Cuándo dejar de hacer deporte?

Si aparece alguna de las siguientes señales de alarma:

  •  Sangrado vaginal.
  •  Fatiga antes de iniciar el ejercicio.
  • Mareos, vértigo.
  • Dolor de cabeza/pecho.
  •  Debilidad muscular.
  •  Dolores regulares sugestivos de amenaza de parto pretérmino.
  •  Sospecha de rotura prematura de membranas.

Aplicación práctica:

Tradicionalmente, la prescripción de ejercicio físico en la mujer embarazada ha resultado muy conservadora. Pese a ello, la mayoría de los estudios sugieren que, a mayor intensidad y duración del ejercicio materno, mayor riesgo potencial de que ocurran efectos dañinos sobre el feto. Aunque, principalmente por motivos éticos, no han podido concretarse las dosis máximas de actividad física a partir de las cuales aparecerán complicaciones para el embarazo.

Se puede afirmar que: El ejercicio cardiovascular -pedalear en bicicleta estática- resulta de gran interés. No hay estudios que apliquen el ciclismo indoor o spinning entre mujeres embarazadas-. Destacan las actividades en el medio acuático como una actividad óptima para las gestantes. El entrenamiento de fuerza se ha investigado y los pocos estudios disponibles no aportan evidencias de efectos positivos ni negativos del entrenamiento. La frecuencia cardíaca permite mejorar la valoración de la intensidad del ejercicio en gestantes con y sin sobrepeso.

Existe un consenso con fuerte evidencia científica que invita a descartar todos aquellos deportes o ejercicios que entrañen riesgos de impactos o presión-descompresión en el abdomen-feto, y que puedan crear un traumatismo en el feto (fútbol, baloncesto, voleibol, esquí, ciclismo, tenis, equitación, parapente, escalada, judo, patinaje, esgrima, submarinismo, etc.). Del mismo modo, deportes o actividades de esfuerzo brusco y/o muy intensas (generalmente pulsaciones superiores a 140 por minuto) inciden negativamente en el aporte de oxígeno al feto –competición deportiva, atletismo, culturismo,etc.–; así como ejercicios y deportes con cambios bruscos de dirección o en los que la pelvis se vea sometida a una actividad abusiva que pueda dañar al futuro bebé (carreras, vallas y saltos en atletismo, ciclismo, equitación, etc…)

Dr. Antón Millet | Ginecólogo Valencia

Clínica Millet – Ginecología, reproducción, diagnóstico prenatal, pediatría, endocrinología

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