Los calambres nocturnos son un problema muy habitual ya que 6 de cada 10 adultos dicen haberlos padecido en algún momento. Sin embargo, no se conoce su causa a ciencia cierta.
A veces pueden ser síntoma de un problema médico subyacente, como una enfermedad hepática, una artritis o una enfermedad vascular periférica. Los calambres nocturnos en las piernas también pueden confundirse con el síndrome de piernas inquietas o, en raras ocasiones, pueden ser un efecto secundario de algún medicamento como los estrógenos o el naproxeno.
Por esta razón, cuando el problema persiste, se recomienda consultar a un médico para que realice un diagnóstico. De hecho, los calambres en las piernas son una especie de diagnóstico por exclusión y hay que descartar otras opciones más peligrosas antes decir que se trata de calambres benignos en las piernas.
Una solución que funciona es la quinina – tratamiento de la malaria- pero su uso puede tener graves efectos secundarios. Los suplementos de magnesio son otro remedio popular. Pero en 2012 un estudio de la Cochrane Libary demostró que no eran muy efectivos.
Tomar un poco de paracetamol antes de acostarse puede ayudar a reducir el dolor asociado con los calambres. Una pequeña dosis de relajante muscular o vitamina B12 también podría ser útil. Pero la mejor manera de prevenirlos, es la actividad aeróbica regular, haciendo un poco de ejercicio antes de acostarse, como 5 minutos en una bicicleta estática. Las dos cosas que parecen estar más estrechamente vinculadas con los calambres en las piernas son la fasciculaciones de origen neurológico y la mala circulación: el ejercicio mejora la circulación y parece relajar los nervios.
Dr. Antón Millet
Ginecólogo Valencia
Clínica Millet | Ginecología, Reproducción Asistida, Diagnóstico Prenatal, Pediatría y Endocrinología
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