¿Dónde estamos actualmente?
Algunas de vosotras me preguntáis con extrañeza por los pocos métodos anticonceptivos para hombres… y con razón ya que sólo hay dos: el preservativo y la vasectomía. Sinceramente, la anticoncepción hormonal masculina (AHM) es un tema que yo he tenido olvidado, pero hace poco he leído un artículo sobre el tema y lo he refrescado (1). Voy a aprovechar para compartir con vosotras algunas reflexiones pero no sin antes subrayar que no soy ningún experto en este tema.
El mecanismo de acción de los AMH es complejo: básicamente se administra un tratamiento hormonal – testosterona y progesterona- a dosis lo suficientemente altas para suprimir la producción de espermatozoides. también se inhibe la producción de andrógenos por los testículos. El desafío de la AMH es doble: por un lado bloquear la producción de millones de espermatozoides, garantizando la eficacia y seguridad de la anticoncepción a largo plazo; por otro, evitar efectos secundarios que comprometan su uso a largo plazo.
¿Qué obstáculos dificultan la utilización de los AMH? En mi humilde opinión hay 4 problemas. De más a menos importantes, son estos:
- Suprimir la espermatogénesis es difícil: Las mujeres ovulan un solo óvulo cada mes, pero los hombres producen millones de espermatozoides cada día. Además, el ciclo completo de la espermatogénesis dura casi 3 meses lo que genera un retraso de entre 4-12 semanas en la efectividad y en la reversibilidad del método. ¿Te imaginas? hay que iniciar el tratamiento en enero para que empiece a ser efectivo en marzo… Como que no. Además, para frenar la espermatogénesis deben administrarse andrógenos a dosis muy altas y pueden aparecer efectos secundarios (acné, cambios de humor, alteraciones de libido, aumento de peso, hipertensión…). Esto no ayuda, claro.
- Para minimizar estos efectos secundarios se han probado inyecciones e implantes subcutáneos. Sin embargo, muchas parejas las han considerado incómodas y sospecho – basado en mi experiencia con mujeres- que lo que es incómodo acaba por no usarse.
- No tenemos estudios a largo plazo garantizando la seguridad: una cosa es un tratamiento de 1 año y otra muy distinta es un tratamiento de 5-10 años… ¿estamos seguros de que no pueden acabar generando efectos secundarios más graves? -. NO.
- Sospecho que todavía hay mujeres que podrían no confiar en que los hombres usen los métodos de manera responsable. Yo no creo que esto sea así en parejas estables y consolidadas, pero en parejas no estables quizás sea así… no sé qué pensar, la verdad.
Mi conclusión personal a largo plazo es que todavía falta un buen trecho para disponer de nuevos métodos anticonceptivos masculinos. Creo que todavía hace falta invertir mucho dinero en investigación básica y en ensayos que sean capaces de demostrar eficacia a corto y largo plazo, seguridad, comodidad y aceptación por parte de las parejas.
Aunque soy bastante ignorante en este campo, mi experiencia de casi 30 años como ginecólogo me dice que la AMH no constituye todavía una opción realista.
Antón Millet
Bibliografía:
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Clínica Millet - Clínica de la Mujer
Médicos especialistas en ginecología, reproducción, diagnóstico prenatal, preparto y posparto, pediatría, endocrinología, deporte, psicología y medicina estética en Valencia.