Terapia hormonal y Alzheimer: ¿riesgo, protección o neutralidad?
Este es el primer post que preparo en equipo con las dras María Sánchez y Ana Moya, fundadoras de MaiClinic Valencia. Ellas complementan a Clínica Millet en áreas como la estética genital, el manejo de los casos más complejos de liquen escleroso vulvar. También colaboramos manejando a ciertas pacientes menopáusicas.
Hemos querido que este primer post trate el tema de la terapia hormonal sustitutiva (THS), un tema que actualmente consideramos fundamental.
Durante años, la relación entre la THS y el riesgo de enfermedad de Alzheimer (EA) ha generado un intenso debate. Estudios antiguos como el WHIMS (Women´s Health Initiative Memory Study, subestudio del WHI) (1) alarmaron al asociar la THS con un mayor riesgo de demencia, especialmente cuando se administraba en mujeres mayores de 65 años. Sin embargo, investigaciones más recientes han aportado una visión más matizada.
Hoy sabemos que los efectos de la THS sobre el cerebro no son ni universalmente protectores ni tampoco perjudiciales, sino que dependen de cuándo, cómo y a quién se administra. La evidencia actual sugiere que iniciar la THS en la mediana edad, dentro de los primeros 10 años desde la menopausia, podría tener un efecto neutro o incluso beneficioso sobre la salud cerebral, especialmente si se usan formulaciones adecuadas (como estradiol transdérmico y progesterona natural, que son las que yo siempre he preconizado) (2) .
No obstante, os insistimos mucho en consulta y en nuestro blog/redes sociales que la THS no es una intervención preventiva universal contra el Alzheimer. Es fundamental individualizar su uso, considerando factores como edad, síntomas, riesgo cardiovascular, antecedentes familiares – y en el futuro la genética (como el APOE-ε4)-. Elegir bien a las candidatas es clave para maximizar beneficios y minimizar riesgos. La personalización, más que la generalización, es el camino.
Esto enlaza con lo que comentamos en este otro post sobre los beneficios de las hormonas en la menopausia, donde destacamos cómo una THS bien indicada puede mejorar significativamente la calidad de vida de las mujeres aliviando los sofocos y la sequedad vaginal; también influye positivamente en la salud ósea, cardiovascular y posiblemente en la salud cerebral.
En una sola frase: La THS bien indicada no aumenta el riesgo de demencia de Alzheimer.
¡Gracias y feliz verano a todas!
Dra María Sánchez, Dra. Ana Moya y Dr. Antón Millet
Bibliografía
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Clínica Millet - Clínica de la Mujer
Médicos especialistas en ginecología, reproducción, diagnóstico prenatal, preparto y posparto, pediatría, endocrinología, deporte, psicología y medicina estética en Valencia.
