Dr. Antón Millet • Ginecólogo ___________________________________________________________
Durante mucho tiempo el embarazo a partir de los 35 años ha sido considerado “de alto riesgo”. En la actualidad, estos embarazos suponen una parte importante de la actividad obstétrica de Clínica Millet, alcanzando el 40%-50% del total.
¿Qué caracteriza a los embarazos de mujeres de más de 35 años? ¿Porqué suponen un reto para nosotros?
Las pacientes deben saber desde el principio de la gestación que la edad aumenta el riesgo de ciertas complicaciones: aborto espontáneo, aumento de riesgo de malformaciones congénitas, placenta previa, diabetes gestacional, preeclampsia, cesárea. Muchas de estas complicaciones, a su vez, llevan a la prematuridad por lo que las consecuencias de esta también deben conocerse. El riesgo de parto pretérmino, de retraso de crecimiento intrauterino o de feto muerto intra útero deben valorarse no sólo a la luz de la edad materna sino también del resto de factores de riesgo: hipertensión arterial, obesidad, diabetes mellitus, estatus socioeconómico bajo e historia de embarazo previo complicado por retraso de crecimiento intrauterino o parto pretérmino.
Las pacientes también deben conocer que el riesgo de alteraciones cromosómicas aumenta con la edad – trisomías 13, 18 y 21 o síndrome de Down. Con el aumento del riesgo de síndrome de Down, también aumenta la fiabilidad de los tests de cribado y la tasa de falsos positivos y negativos. En clínica Millet insistimos en que las pacientes entiendan la importancia del diagnóstico precoz de cromosomopatías.
En la figura se puede ver como la incidencia de Sd de Down se mantiene en niveles bajos y empieza a aumentar a partir de los 30 años. A los 35 años alcanza 3-4/1000 nacimientos y sigue aumentando de forma exponencial con la edad.
Muchas pacientes piensan todavía que por ser mayores de 35 años deben someterse a una amniocentesis. Os recuerdo que la edad y ya está contemplada en el triple screening -grosor local, analítica de sangre y edad materna– La llegada del test genético no invasivo aporta una gran fiabilidad diagnóstica con una menor tasa de falsos positivos, reduciendo así el número de amniocentesis, y por tanto, de abortos no deseados.
Dado que el riesgo de malformaciones fetales no relacionadas con cromosomopatías también está aumentado en mujeres de más de 35 años se ha propuesto la realización de una ecografía de alta definición en segundo trimestre de embarazo; esta ecografía buscaría detectar anomalías estructurales, especialmente cardiacas. Sin embargo, la utilidad de esta ecografía de segundo trimestre no ha sido demostrada.
Otro aspecto claramente relacionado con la edad materna es el riesgo de diabetes gestacional, y el riesgo de diabetes tipo 2 en general. Para detectarlas precozmente, se recomienda realizar el test de O’Sullivan desde el inicio del embarazo, en primer y segundo trimestre.
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