Uno de los hechos más temidos por los médicos estéticos y cirujanos plásticos es el conocido “efecto Michael Jackson”, que ocurre cuando salta a la opinión pública la imagen de un famoso o famosillo cuyo rostro ha quedado desfigurado por una serie de desafortunados retoques estéticos, sea por acumulación, sea por mala praxis o por caer en manos intrusas.
Las personas no pueden evitar inquietarse y aunque el paciente, que ya ha decidido dar el paso de realizarse un tratamiento estético, se queda con la imagen impactante del famoso desfigurado y decide que los cuidados estéticos son un engaño en el mejor de los casos y completamente contraproducentes la mayoría de las veces. A esto contribuye el poco juicio de unos cuantos que plasman su ignorancia en la red. Pero no se dan cuenta de que se realizan cientos de miles de tratamientos al año y que la gran mayoría luce un aspecto natural.
Siempre habrá algún “Michael Jackson” complicando nuestra labor, es inevitable, y será una nueva patada en la espinilla a la grandísima mayoría de los doctores que dejamos cada día muchas energías en sanar, ayudar, embellecer y hacer felices a los pacientes.
Está en nosotros, los médicos, trabajar al máximo para cuidar nuestra reputación y nuestro rigor, donde nuestro buen hacer es primordial en una sociedad que ha aprendido a desconfiar de casi todo. El trabajo bien hecho es nuestra única garantía. Esperamos que lo sepan ver.
Después de casi 20 años dedicándome a la medicina estética, me siento orgullosa del trabajo que realizo porque es una profesión noble, que tiene como fin sanar cuerpo y mente, contribuyendo al bienestar de las personas.
Beatriz Puig – Dra. Médico Estética
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Clínica Millet - Clínica de la Mujer
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